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lunes, 16 de julio de 2018

Detestable Error

Sin percatarse, se enamoraron en aquellas cinco semanas inolvidables que pasaron juntos. Se dejaron llevar por lo que sentían, olvidándose de la soledad, de su vacío presente.

Ella; dulce, fuerte, inteligente. Él; poderoso, implacable, hábil. Ambos sintieron que podían dejar lo que eran de lado y ser ellos sin importar nada. Sin embargo, un detestable error ensuciará de forma atroz lo más bello que han encontrado; el uno al otro.

¿Cómo creerle si todo la acusaba? ¿Cómo enfrentar su burla y dolorosa traición?

¿Cómo olvidarla si se clavó en su interior?

domingo, 26 de julio de 2015

Lágrima

Lágrima: llegan sin avisar. Si algo te angustia, si temes encontrarte con algo o alguien, si algo te da miedo, no dejes de pensar en ello, porque entonces aparecerá. Allí estaba, de golpe y sin avisar. Ni siquiera me miró. Entonces surgieron unas lágrimas que desembocaron en un gran llanto. Llanto al encontrarme cara a cara con mi presente más triste. Y triste, muy triste, me fui a dormir. Me levanté más triste todavía. Que no me avergüence nunca nada, y menos mis lágrimas. Son lo más sincero que tengo, aunque a veces las odie porque aparecen sin avisar y me hacen sentir vulnerable.

lunes, 6 de julio de 2015

Mal presentimiento

A veces, emocionarte y hacerte ilusiones con algo te puede dar un gran disgusto.
Los malos presentimientos nos acechan.
Tengo un mal fario.
Un mal presagio.
Un mal presentimiento.
No lo veo claro, tengo miedo.
Como cuando coges un avión y te dices: Voy a morir.
Lo sé. Voy a morir porque tengo una visión, un presentimiento, un mal presentimiento.
Pero, como diría una de mis mejores amigas, los aviones casi nunca se estrellan, ni los malos presagios siempre se cumplen.
Por eso no me queda más remedio que confiar en la vida. Pero ahora mismo he tenido un disgusto tan grande y estoy tan triste que no puedo parar de llorar.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Malditas Ganas

Estas malditas inmensas ganas de ir a caminar un sábado por la tarde a un lugar desconocido con alguien poco común.

Alguien que me acompañe por estos duros días, que quiera ir conmigo a tomarse un café y a pasar horas y horas hablando de libros, de mariposas, de mi vida y de su vida.

Que me guíe por esta calle, que no me busque, que me deje cuando quiero irme, y que no pregunte y solo me abrase cuando no puedo más.

Alguien que no me quiera para un viernes, que me quiera para una vida, que me quiera como a un capricho que enamora y no como a esa esposa, que lo ata, que lo obliga, que vive en rutina.

Alguien que me sorprenda, que no me enamore, que solo me quiera, que me cuide pero que no me enjaule.

Alguien que sea mi amigo, que no me pida nada.

Alguien que necesito y que no busco por que cuando llegue el sabrá que hacer, me sabrá querer y yo lo dejaré llegar por que se que si he de salir a buscarlo jamás he de hallarlo


lunes, 24 de junio de 2013

El camino es largo.


La vida me ha golpeado duro, muy duro diría yo.
He caído muchas veces, me han encerrado en una jaula, me han borrado las sonrisas, he tropezado con la misma piedra, me han robado la libertad, han tratado de ahogarme en mis propias lagrimas, me han gritado en la cara lo tonta que he sido, han roto mis cartas, despreciado mi caricias, han pisoteado mi pasado y tratado de arruinar mi presente.

La gente ha sido mala, tan mala que me hace darme cuenta cada vez que miro atrás lo dura que ha sido mi vida, tan mala que ha hecho de mi alguien más malo que ellos, alguien fuerte como una roca, que con los tropiezos y obstáculos ha ido creciendo sola, en busca de un nuevo camino, en busca de lo bueno que tal vez ya no exista.

La vida ha sido dura, me ha golpeado muchas veces pero no lo suficientemente fuerte como para que deje de luchar, como para que deje soñar.

También he descubierto que para mí, los amores no son más que algo pasajero hasta que llega el verdadero.
Es ahí cuando la vida cambia, cuando encuentra el único sentido. Cuando creces, miras atrás y te das cuenta de que has esperado mucho, pero que la espera ojala al fin tome un rumbo.



lunes, 3 de junio de 2013

Lo que me haces sentir


Te odio, porque no puedo tenerte.

Te odio, porque te necesito y eso crea una dependencia que no busqué.

Te odio, porque cada vez que te hiero, me duele el alma, pero no puedo retroceder.

Te odio, porque lucho por creer en ti, confiar en ti, entregarte mi voluntad, pero el miedo es tan fuerte, que no me puedo contener.

Te odio, porque tienes razón en tantas cosas que no quiero reconocer.

Te odio, porque ya no soy capaz de decidir que hacer sola, necesito tu voz, tus ojos acariciantes, tu que me hace sentir tan completa, aunque sea por un par de minutos.

Te odio, porque te quiero solo para mí, no tu vida, no tu tiempo, tu amor.

Te odio, porque te quiero tanto, que odiarte es la mejor forma de huir de ti.